jueves, 6 de octubre de 2016
















Tipos de Memoria 

1. Memoria a largo plazo:
Esta clase de memoria mantiene la información inconscientemente, sólo se vuelve consiente en el momento que la recuperamos. Esta memoria tiene la capacidad de almacenar información de forma permanente y casi ilimitada. Aquí se ubican imágenes, recuerdos de experiencias propias, conocimientos del mundo, conceptos, entre otros.


2. Memoria a corto plazo:
A diferencia de la anterior, tiene una capacidad y duración limitada y almacena la información conscientemente. Esta memoria, puede convertirse en memoria a largo plazo a través de la asociación significativa o la repetición. Aquí se almacena la información con la que se interactúa con el ambiente.



3. Memoria sensorial:
Está compuesta por el almacenamiento de toda la información que fue captada por los sentidos, una vez que el estímulo haya finalizado


4. Memoria semántica:
Imprescindible para la utilización del lenguaje, es la que retiene los significados de los conceptos (sin importar que no tengan que ver con vivencias propias) y sus relaciones semánticas.


5. Memoria episódica:
Es la que almacena acontecimientos autobiográficos y que pueden ser evocados explícitamente.


6. Memoria de reconocimiento:
Como su nombre indica, es la que permite identificar algo que fue percibido con anterioridad, ya sea personas, objetos o lugares. Cuando se revive algo ya percibido, el contenido es relacionado con las representaciones que quedaron almacenadas en la memoria.

7. Memoria declarativa:
Almacena acontecimientos del mundo y personales que, para que sean recordados, deben ser evocados conscientemente.

8. Memoria procedimental:
Esta memoria almacena un repertorio de destrezas, habilidades y aprendizajes, ya sean cognitivos o motores (como por ejemplo cómo manejar un auto, lavarse los dientes, hacer un cálculo, etc.). Estos conocimientos, al ser automatizados, no deben ser ejecutados conscientemente, sino que se activan al momento de realizar alguna tarea.



SIGNIFICADO DEL OLVIDO





 El olvido es la cesación de la memoria que se tenía. Se trata de una acción involuntaria que supone dejar de conservar en la mente información que ya había sido adquirida.


Por lo general, el olvido suele estar asociado con la falta de atención o de concentración, y la gravedad de sus consecuencias es muy variable: no es lo mismo pasar por alto una cita personal que olvidar cerrar la puerta de un edificio con llave durante la noche. En este sentido, se utiliza el concepto de aprendizaje interferente para definir la adquisición de información que se almacena en el lugar de un recuerdo que aún no se haya consolidado en la memoria.
Es importante notar que una vez que la información es interpretada por nuestro cerebro, no desaparece; olvidar no es perder para siempre un recuerdo, sino que éste se traslade al plano inconsciente, que ya no sea accesible voluntariamente o con la misma facilidad que al principio.
Muchas veces, los seres humanos sentimos que estamos olvidándonos de algo, pero no podemos especificar de qué se trata; para algunas personas, esta sensación es recurrente, y si no se hace algo al respecto, se convierte en una molestia, en una traba a la hora de comprometerse con el mundo exterior.
Esto se aprecia muy claramente en individuos que no pueden salir de sus casas sin revisar varias veces sus bolsos, creyendo que se están dejando algo importante, y es una situación que no debería tomarse como una mera anécdota, ya que constituye una auténtica pesadilla para quien la protagoniza a diario.
Entre las distintas causas que pueden incentivar el olvido, aparecen los golpes en la cabeza (que pueden causar amnesia), la alteración del aparato psíquico (por una enfermedad como la esquizofrenia) y los problemas fisiológicos (como un mal desarrollo del sistema nervioso).

La mente también puede bloquear ciertos recuerdos que son dolorosos para el sujeto. De esta manera, pareciera que la persona ha olvidado algo (como un accidente infantil), aunque en realidad, lo único que ha hecho su cerebro es dejar dicho recuerdo en un plano no accesible de modo consciente.
Sin embargo, no todos tienen la fortuna de olvidar espontáneamente aquellos sucesos que han marcado su vida de una forma negativa. Hay quienes dicen que el recuerdo es la base de la sabiduría, que nos vuelve más fuertes porque nos permite aprender de nuestro pasado para no cometer los mismos errores dos veces; pero los malos recuerdos no siempre están relacionados con equivocaciones de la adultez, sino que muchas veces relatan historias de abuso infantil, que nadie en su sano juicio querría visualizar una y otra vez.





Gloria Fernández



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